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Crítica Los Vengadores; Mucho ruido y pocas nueces

6/10
Los Vengadores constituyen un ejercicio fabricado por y para fans del universo Marvel. Es por eso que las notas numéricas de un producto tan discutible como el que contemplamos estén tan infladas en diversos sitios de la red. Joss Whedon ha realizado una película para uso y disfrute exclusivo de las legiones de amantes de los superhéroes de la factoría ya mencionada.
Desde el punto de vista del que redacta esta reseña, no se trata de una película de escasa o nula calidad en absoluto sino que, simplemente, no siente el aprecio necesario para que las acciones que llevan a cabo los diferentes roles de la cinta surtan efecto y simpatía como amante del cine. Eso sin contar el aberrante uso del 3D en secuencias fabricadas específicamente para tal fin como lo son todas aquellas películas previamente diseñadas para rascar los bolsillos más descosidos.
Los Vengadores es, a pesar de lo coral de su reparto, una película para disfrute y lucimiento (una vez más) del gran Robert Downey Jr. Su presencia en la pantalla inunda y devora a sus demás compañeros con un solo levantar de pestañas. El carisma que desprende su personaje unido al que despierta su propio rostro le hacen no necesitar nada más para llevarse los aplausos y las risas del público. Si hemos de ponernos exigentes, notamos que al rol de Downey Jr. se unen el de Chris Evans y Mark Ruffalo como puntos interesantes de la película en cuanto a captación psicológica de su condición de superhéroes. Iron Man, el Capitán América y Hulk se bastan ellos solos para sostener el peso de la guerra alienígena que se les viene encima en la eterna secuencia final. Ni Scarlett Johansson, ni Chris Hemsworth, tampoco Jeremy Renner o el veterano Samuel L. Jackson consiguen funcionar individualmente dentro del grupo sino que parecen estar pidiendo a gritos una película para ellos solos, en el caso de Thor, las ganas de que llegue su secuela.
A Los Vengadores no hay quien les niegue su presencia en los premios técnicos de la próxima temporada de galardones. A fecha de hoy, vaticinamos por lo menos los Oscars a Efectos Visuales, Efectos de Sonido y Montaje de Sonido. La espectacularidad de sus escenas es sobrecogedora y eso no se lo arrebata nadie. Sin embargo, cuando el espectáculo devora al guión hay un problema. Y Los Vengadores adolece de falta de trama. Por no hablar de un villano que, desde que apareció en Thor, se ha ganado la antipatía del que escribe por sobreactuado.
La historia del origen de Los Vengadores es lo suficientemente interesante como para mostrar algo de respeto por aquel escuadrón de superhéroes que consiguió hacerle frente a la Liga de la Justicia de DC Comics, liderada por los héroes de la competencia, Batman y Superman. Sin embargo, nos remitimos al background que nos proporciona haber visto las distintas aventuras de Thor, Hulk, Capitán América o Iron Man para no perdernos en una trama reconducida hacia estos propios personajes.
Los Vengadores resulta interesante como espectáculo visual y sonoro. Su artificio embauca de principio a fin. Sin embargo, la dosis de adrenalina que se descarga a partir del tercer cuarto de hora debió ser dosificada para no cansar al espectador más exigente con la obra original. Primer y segundo acto deberían haber estado alternados para presentar algo más la psicología de todos los personajes y no abandonar los momentos más llamativos de la película en un Robert Downey Jr. que sabe aprovecharse bien de estas situaciones.
Con ojo crítico, y desde el punto de vista de este redactor, Los Vengadores posee una gran cantidad de aspectos muy mejorables y otros tantos excesivamente virtuosos, tales como una impactante fotografía y una banda sonora que roza la más absoluta épica.

Cómics de Cine; El binomio de Iron Man

Iron Man:         6,5/10
Iron Man 2:       4/10
Un creador que, a priori, parece innovador como Jon Favreau adaptó uno de los cómics más conocidos y representativos de la factoría Marvel. El resultado fueron dos películas totalmente distinas unas de otras, con guiones situados en las antípodas con respecto una de la otra pero con un denominador común, un Robert Downey Jr. que recuperó su status en el cine suponiéndole su triunfal regreso al Séptimo Arte.
Si en la primera película, el superhéroe se presentaba ante el gran público de una manera chulesca, a los ojos de un millonario prácticamente sin escrúpulos, con una mansión espectacular y una herencia, propiedad de su padre Howard Stark (al que vemos en Capitán América: El Primer Vengador), en la secuela se pierde todo el encanto que adquirió el ritmo vertiginoso que impone una obra de unas características como Iron Man.
DC Comics tiene su buque insignia en Batman y Superman mientras que las últimas adaptaciones al cine de los cómics de Marvel han llevado a que identifiquemos la factoría tanto con el alter-ego de Steve Rogers como con el millonario Tony Stark. 
Ni Los Cuatro Fantásticos ni Daredevil. Tampoco Thor ni tan siquiera la exitosa trilogía de X-Men. Marvel Studios encuentra su sitio en la gran pantalla con estos dos superhéroes, posiblemente los más carismáticos de la editora. 
En Iron Man el espectador tiene la continua sensación de que no le están tomando por idiota y eso es algo que suma muchos puntos tanto a su equipo técnico como al artístico. Hay veces que, por la simple razón de tratarse de adaptaciones de superhéroes, se permiten licencias que rozan el ridículo. El ritmo ágil y las interpretaciones de Downey Jr, Paltrow, Terrence Howard y Jeff Bridges son mucho más que buenas dotando a la película de una intensidad justa a lo que Stan Lee y su equipo transmitieron en los cómics. 
No es que Jon Favreau sepa hacer películas pero, por lo menos, lo intenta con ganas y en ocasiones se salen productos bastante aceptables que destacan entre el mar de insulseces que pueblan las carteleras actuales. 
Sin embargo, y haciendo honor a aquella frase que rezaba «segundas partes nunca fueron buenas«, la secuela no tiene absolutamente nada que ver con la original. Downey Jr. pierde frescura por momentos aunque sustenta con bastante decencia el peso de una película que no le hace justicia ni a él ni a su personaje. Tony Stark anda perdido mientras podemos confundirnos entre la plaga de personajes que asolan la película. Para empezar, el cambio de actor entre Terrence Howard y Don Cheadle. Lo siento, pero el protagonista de Hotel Rwanda no sirve para una película de superhéroes. Es como si pones a Ben Kingsley para interpretar a Robin en la próxima película de Batman. Scarlett Johansson y Samuel L. Jackson aportan lo que pueden al desarrollo de Iron Man 2 pero sin excederse.
Sólo espero que para Los Vengadores Joss Whedon sepa dar el tiempo y las acciones que se merecen a tanto superhéroe. También pido lo mismo para el encargado de llevar al cine la tercera película de Iron Man. Recordemos siempre que un superhéroe no merece la misma humillación que sufrió Bruce Wayne. 
Bueno, quizá Daredevil…

Cómics de Cine; Thor

4,5/10
Vi Thor después de disfrutar como un niño con Capitán América: El Primer Vengador. Es indudable la capacidad de Marvel para llevar a sus héroes al cine pero en esta ocasión el héroe nórdico se pierde en un mar de efectos visuales que distraen la atención más que reflejar la historia de uno de los personajes más carismáticos de la franquicia de Stan Lee.
Cuesta creer que un director curtido en el teatro, máximo exponente del teatro shakesperiano moderno, como Kenneth Brannagh se haya ofrecido a dirigir esta aventura que poco tiene que ver con su carrera. Sin embargo, son muy notorios y loables los intentos por salvar una producción irregular que cuenta con un protagonista muy interesante desde el punto de vista dramático pero que ha sido recreado por un actor muy limitado como es Chris Hemsworth.
A Thor le falta algo, algo que la convierta por lo menos en interesante. A lo mejor no tiene la chispa que tenían, por ejemplo, las adaptaciones de Iron Man donde los efectos visuales se sumaban a la profunda capacidad de Robert Downey Jr. de comerse una cámara de cine. Aquí me sobran la mitad de los personajes, utilizados en un batiburrillo que no tiene el más mínimo interés más que el transcurso de las dos horas largas de metraje.
Es cierto que puede resultar interesante ver como el futuro dios del trueno, Thor, desciende a la Tierra y se encuentra con unos pasmados Stellan Skasgaard y Natalie Portman, que inmediatamente parecen asumir la condición fantástica del héroe en cuestión. O ni siquiera le hacen ni caso. Demasiados efectos especiales nublan la vista tanto de los protagonistas como del espectador, que se ve inmerso en un espectáculo de luces y color mientras el héroe del martillo se pasea por medio Universo.
No puedo decir que Thor sea uno de mis superhéroes preferidos pero es que la película de Kenneth Brannagh tampoco le hace justicia. Tal vez sea por la increíble insulsez que demuestra el esposo de nuestra Elsa Pataky o tal vez por un guión que no resume con toda la diligencia que debe una de las más fantásticas historias de superhéroes jamás contadas.
Thor es uno de los fundadores de Los Vengadores. Y así lo recoge la película que veremos el año próximo en nuestros cines. Una aventura que reúne a la mayor parte de los superhéroes míticos de Marvel y que hará las delicias de los nostálgicos de la juventud de Stan Lee y sus compañeros en la editora.

Cómics de Cine; Capitán América: El Primer Vengador

7/10
Hacía muchos años que el Capitán América dejaba de recorrer los siete mares en busca de los nazis que quisieron adueñarse de Europa y medio mundo. A pesar de los muchos intentos frustrados en forma de series de televisión y telefilms bastante mediocres, el superhéroe por excelencia de la Segunda Guerra Mundial volvía en este 2011 a nuestras pantallas.
Y lo hacía de la mano del director Joe Johnston, un especialista en cine palomitero que sin ser uno de los más destacados realizadores de su generación, ha sabido encontrar un punto más que interesante a los cómics de este héroe de la factoría Marvel. Con una película más que decente que supera con crecer a muchos “musculitos” que existen todavía en las salas de cine, el Capitán América ha demostrado que sigue con fuerza a pesar de que no estemos ante una trama que le haga justicia.
Sin embargo, Capitán América: El Primer Vengador es un entretenimiento de los más divertidos de este año. Posee una historia simple de malos y buenos donde el malo es tan malo que hasta no tiene cara (aunque sepamos que se la pone el siempre excelente Hugo Weaving) y los buenos son tan buenos que tienen hasta un programa militar secreto que fabrica superhéroes. Y el afortunado en esta ocasión ha sido Chris Evans, un actor algo desconocido que ya se ha hecho un hueco entre el olimpo de los legendarios superhéroes con una película que hará las delicias de los nostálgicos de aquellos cómics y de las nuevas generaciones, aquellas que crecimos atemporalmente con aquellas historias en las que el Capitán América le pateaba los cuartos traseros al mismísimo Adolf Hitler.
Johnston nos presenta una trama simple, sin complicaciones. Algo para digerir y disfrutar, relajarse y olvidarse de los problemas del mundo. Asistimos a la historia de un joven que desea alistarse en el Ejército y que tiene asma, es muy delgado y apenas se le ve cuando pasea por las calles. Es entonces cuando, entre Tommy Lee Jones y Stanley Tucci, lo convierten en un forzudo soldado que luchará por América en contra de la barbarie nazi, a través de la mirada de Red Skull, el clásico villano de las historias del Capitán América.
A pesar de guardar muchas similitudes con el cómic original, este superhéroe viene modernizado por los nuevos tiempos. Sin embargo, el pulso de Joe Johnston detrás de la cámara revierte esa modernidad hacia los años 40, llevándonos hasta decorados propios de la época y haciéndonos sentir como verdaderos espectadores disfrutando del mejor cine comercial, que de vez en cuando viene bien. Es toda una satisfacción ver una película sin salir de la sala con la sensación de que te han tomado el pelo. Capitán América: El Primer Vengador es una cinta con mucho ritmo, buenas actuaciones y mucha justicia hacia uno de los superhéroes clave de la historia del siglo XX.
Con unos créditos finales que reúnen y adaptan la mejor propaganda belicista de los Estados Unidos en épocas de la Segunda Guerra Mundial, Capitán América se despide dejando una profunda huella en las mentes de aquellos que crecimos con una figura de acción del héroe encima de la cama que ahora no es más que una profunda nostalgia, sean abuelos, padres o niños. El Capitán América siempre será un héroe inmortal y gracias a Joe Johnson y Chris Evans, hemos vuelto a recordar cómo se las gastaba el capitán Steve Rogers.
Mucha, muchísima acción y emociones fuertes para una de las películas más destacadas de este año que nos sirve para inaugurar en este blog una nueva sección dedicada exclusivamente a los superhéroes que han pasado del cómic al cine. Así nos vamos preparando para lo que nos llega el próximo año, bien el desenlace de El Caballero Oscuro, bien la esperadísima Los Vengadores, donde media factoría Marvel luchará en consonancia porque todos vivamos en paz y armonía.

Crítica Batman y Robin; Ay, pena, penita, pena…

3/10

Una de las grandes estupideces que se han hecho nunca, Batman y Robin es el prototipo de película odiada por todo amante de las películas de Batman y del cine en general. También es el final de una saga de la que ya nunca volveremos a hablar hasta la reinvención proclamada por Christopher Nolan y Christian Bale.
La cinta comienza con un festival erótico-festivo de los trajes de Batman y de Robin tras ver lo más destacable de la película: el montaje realizado con los créditos iniciales. Parece de risa, pero es así. Aguardamos con impaciencia que el reparto nos ofrezca una aceptable película. El bueno de Arnold Schwarzenegger, el simpático George Clooney, nuestro amigo Chris O´Donnell y las, a mi gusto, desagradables Uma Thurman y Alicia Silverstone parecen intentar tejer una trama decente y aparente.
Nada más lejos de la realidad. Con diálogos como «Ahora entiendo porqué Superman trabaja solo» o «Hola Frío, soy Batman«, el director Joel Schumacher y el guionista Akiva Goldsman hacen el rídiculo y nos hacen pasar un rato entretenido pero a costa de tomarnos el pelo. Si Batman Forever tenía tintes serios y se basaba más en el cómic de Bob Kane, Batman y Robin peca de querer parecerse a la charlotada que montó Adam West en los años 60 y que hoy día es toda una obra de culto freak.
Con un uso apabullante de efectos especiales, esta cinta no ha logrado el apoyo ni de crítica ni de público gracias a sus escalofriantes escenas que nos recuerdan que todavía hay gente capaz de hacer películas no malas, sino tétricas.
Ya lo dijo George Clooney en una reciente entrevista cuando le hicieron la siguiente pregunta y él respondió:
– «Mr. Clooney, ¿ha llorado con alguna película?»
– «Sí, con Batman y Robin
En esta frase del protagonista de la cinta que nos toca en esta crítica se resume el pesar con el que Warner Bros. decidió dar por finalizada la producción de películas de Batman. Clooney, un actor por el que siento verdadera admiración, estuvo a punto de tirar por tierra su carrera de no ser por su carisma y sus buenas cualidades interpretativas, que supo ver Steven Soderbergh e iniciar con él una fructífera carrera con fantásticos títulos. A Chris O´Donnell no le volvimos a ver jamás hasta The Company, una serie sobre la CIA que casualmente coprotagonizó con un ex-Batman: Michael Keaton. De Schwarzenegger ya lo conocemos todo al igual que de Uma Thurman, musa de Quentin Tarantino y actriz de carrera irregular a la que no pasó factura su participación en esta cinta. De hecho, su personaje de Hiedra Venenosa pudo haber acabado con ella. Sin duda resulta más grotesco que el Enigma de Jim Carrey, bastante más aceptable y digno. Otra olvidada fue Alicia Silverstone, la Bat Girl, que sinceramente no se de dónde ha salido. De hecho, y como anécdota, llegaron a apodarla Fat Girl, puesto que su traje se le quedó estrecho debido a las tremendas ingestas de comida a las que se sometió durante el rodaje.
No merece mucho la pena seguir hablando de esta película puesto que daríamos vueltas sobre la misma bazofia y eso no puede ser bueno. Yo, como buen consumidor de cine, busqué durante años esta película por las estanterías de los centros comerciales. Realmente todavía no llego a comprender porqué la compré.
Supongo que por darme el gusto de coleccionar todas las películas de Clooney.
Creo…

Crítica Batman Forever; El principio del fin

6/10

El principio del fin de una saga que alcanzó la gloria en las dos películas anteriormente comentadas en este blog y que actores como Michael Keaton, Jack Nicholson, Michelle Pfeiffer y Danny DeVito se encargaron de hacer perpetuas en nuestras retinas.
Con el cambio de director y de actor protagonista así como de guionista, la saga adquirió otra tonalidad. Mientras Tim Burton ejerció las veces de transmisor de un goticismo cinematográfico donde los colores blanco y negro eran los dominantes, Joel Schumacher decidió reinventar en primer lugar la ciudad de Gotham y convertirla en una especie de Las Vegas con un colorido realmente destacable resumido en una gran fotografía de Stephen Goldblatt que estuvo nominada a un Oscar. La ciudad natal de Bruce Wayne deja de ser de cartón piedra para convertirse en una urbe con una arquitectura fantástica de rascacielos de vértigo que no pierde ni un ápice de la cuidada inspiración en el cómic base. Además, durante el metraje podemos observar movimientos de cámara mucho más arriesgados que en las dos cintas anteriores. Por si fuera poco, es la primera película de las seis que componen la saga en la que vemos Gotham a plena luz del día. Nuevos trajes, nuevos artilugios entre los que destacan un nuevo coche, un anfibio y la tradicional aeronave amén de una cueva con las últimas actualizaciones informáticas y que corroboraremos en la malograda Batman y Robin.
Batman Forever es una vuelta de tuerca a la saga de Batman añadiéndole un toque de color y caras nuevas además de los villanos que echábamos de menos en las películas de Tim Burton. Es aquí donde aparecen Jim Carrey y Tommy Lee Jones en el punto álgido de sus carreras. Carrey había triunfado con sus muecas en cintas como Ace Ventura o La Máscara y se puso a las órdenes de Schumacher para dar vida a Enigma, un siniestro personaje que el actor canadiense convierte en uno de los absurdos de la película. Por otro lado, Lee Jones venía de saborear las mieles de éxito al arrebatarle el Oscar al mejor actor de reparto a Ralph Fiennes por La Lista de Schindler. Y es que el papel de Tommy Lee Jones en El Fugitivo es de todo menos digno de premios. Pero así es Hollywood. Para Batman Forever se colocó un grotesco maquillaje en medio rostro para dar vida a Harvey Dent, alías Harvey Dos Caras, un fiscal del distrito que Christopher Nolan recuperará en la piel de Aaron Eckhart para El Caballero Oscuro y que Tim Burton plasmó ante el actor Billy Dee Williams, un actor de raza negra del que poco hemos vuelto a oir hablar.
Con una banda sonora magnífica del gran Elliot Goldenthal y un mediocre guión de Akiva Goldsman, Batman Forever se nos ofreció en su estreno como una auténtica reinvención de la saga Batman basándose en la aparición de numerosos actores del estrellato norteamericano. Es el caso de Val Kilmer, héroe del cine infantil-épico con Willow y con una carrera más que irregular que no consiguió mejorar ni siquiera con su aparición como protagonista de esta película. Por otro lado, Nicole Kidman le da la réplica a Bruce Wayne en el papel de la Dra. Chase Merydian, la segunda novia oficial que tendrá Batman en el cómputo de las seis películas tras Kim Basinger y antes de Elle McPherson. Pero lo que hemos de destacar es la aparición de un personaje al cual echamos de menos en las películas de Tim Burton. Y es que Robin, inseparable escudero de Batman, no apareció hasta esta película. En la piel de Chris O´Donnell, Schumacher recupera a uno de los personajes esenciales de los cómics de Bob Kane y que Burton pasó por alto. Vivimos el drama de la película cuando conocemos el origen de Dick Greyson, un joven acróbata de circo al que Bruce Wayne acoge en su casa al compartir algo más que su odio a Harvey Dos Caras: a ambos les han arrebatado a su familia y están solos en el mundo. Decidirán unirse para luchar contra el mal y formar una pareja de superhéroes que repetirán de nuevo en Batman y Robin, con el rostro de Batman mutado en George Clooney. En esta cinta descubrimos algo más acerca del origen del héroe protagonista y a través de los ojos de Val Kilmer, indagamos en la verdadera historia que motivó al joven Bruce Wayne a convertirse en un justiciero enmascarado bajo la figura de un murciélago. De hecho, será la historia canónica hasta que Christopher Nolan decida convertir a Mr. Wayne en una especie de «último samurái» en Batman Begins.
A pesar de que Val Kilmer aprovecha más su cara bonita que sus cualidades interpretativas, Jim Carrey hace gala de un histrionismo al que ya estamos más que acostumbrados, Tommy Lee Jones cambia a un nuevo registro en su dilatada carrera, Nicole Kidman sobrelleva un papel simplón pero efectista hecho a su medida y Chris O´Donnell interpreta a Robin de una manera creíble, Batman Forever es un entretenimiento sin más que supuso el comienzo del final de una serie de películas que Warner Bros. creyó que iban a ser un completo éxito. No obtuvo una respuesta positiva por parte del público y crítica que echaron de menos los inquietantes villanos de las anteriores películas frente a estos personajes planos ante los que no puedes más que sonreir. Con una acción y desarrollo de la trama bastante interesante, no se acerca a la construcción de las psicologías que Tim Burton y Daniel Waters crearon para Batman y Batman Vuelve en todos y cada uno de los personajes, principales y secundarios. Si en las anteriores conocíamos todos los miedos, ansias, deseos e inquietudes de villanos y héroes, en las cintas de Schumacher simplemente nos limitamos a sentarnos delante de una pantalla a disfrutar de una historia bien contada con un aroma al cómic de los años 60 y un toque de modernidad de mediados de los 90.
Porque todo héroe necesita una vuelta de tuerca.

Crítica Batman Returns; El dulce fin de un héroe

7/10


Asqueroso.
Así es como califico el mayor atractivo que en su época fue el personaje de Danny De Vito. No obstante se construye uno de los mejores villanos de la saga, tras el insuperable Joker de Nicholson. De nuevo, Warner Bros. vuelve a contar con Tim Burton para llevar a la gran pantalla al personaje de Bob Kane con la otra camada de malos malísimos que el autor dibujó en los años 50. Esta vez con Catwoman y Pingüino como némesis perfectas para el hombre enmascarado. Burton, de nuevo, teje una atmósfera oscura y tenebrosa aún si cabe más que la primera de las películas donde el color tenía su aparición en los momentos en que hacía su aparición Jack Nicholson. Aquí, desde la primera escena mientras recorremos las alcantarillas de Gotham City como preludio al lugar donde vive el personaje de Danny De Vito hasta el final del metraje, en las profundidades de un zoo mientras vemos el diverso final para cada uno de los villanos y para nuestro héroe.
La película reparte unos toques de dramatismo que en la primera cinta no vimos. Mientras en Batman lo único dramático que vimos fue el triste fin de los padres de Bruce Wayne, aquí obtenemos una información acerca de la vida que llevó Oswald Cobblepot tras ser abandonado por sus padres en una de las escenas más terroríficas de la película que constituyen los primeros cinco minutos de metraje. Un fantástico Danny De Vito que tuvo la osadía de esconder por completo su apariencia normal para introducirse de lleno en la piel (o escamas) de este siniestro y asqueroso personajillo. Por otro lado, Selina Kyle, una amargada secretaria que trabaja para el magnate local, Max Schrek (interpretado por Christopher Walken en una referencia cinematográfica al actor que realizó en 1929 Nosferatu con F. W. Murnau), intenta llevar una vida lo más normal posible hasta que es atacada por su jefe. En ese momento, harta del mundo, se convierte en Catwoman e iniciará un romance con Batman y con Bruce Wayne.
Aunque no es una secuela que supere a la anterior, Batman vuelve es un entretenimiento perfecto y una forma de dar por finalizada a una saga que pasará a mejor vida en las dos películas siguientes. El epitafio de Michael Keaton como Bruce Wayne y el fin de dos películas que plantaron la seriedad a una saga devaluada por la cinta que Adam West rodó en los 60 y que mejor olvidar y las diversas series de dibujos animados destinadas a un público infantil. Tim Burton vuelve a hacer de las suyas en esta cinta que servirá para seguir aumentando su leyenda y su forma de hacer películas, tan destacable como reconocible. Se une a Daniel Waters y Danny Elfman de nuevo y realiza un buen epílogo. Ya era consciente de que no iba a haber, al menos de momento y por su parte, ninguna película más de Batman. Consideró que esta era la mejor forma de hacer honores a uno de los mayores héroes del siglo XX y a todos sus villanos, aunque alguno se quedara en el tintero.
Con Batman vuelve terminó una leyenda, la de un héroe al que todo le salió mal con cuatro nombres propios: Joel Schumacher, Akiva Goldsman, Val Kilmer y George Clooney. Afortunadamente, y como manifestó el propio Michael Keaton, las películas de Christopher Nolan hacen justicia al héroe enmascarado al que tanto le gustan los murciélagos pero con una vuelta de tuerca más que lo hace más complicado.
Hay gente a la que no le gusta que el cine se entrometa en la psique de los superhéroes. Pero hay que tener en cuenta que ellos fueron creados para ser la solución de la sociedad a los grandes problemas que les acechan. Es el complemento para arreglar todo lo que el poder no quiere o no sabe solucionar. Es importante saber cómo un hombre, casi siempre poderoso, se convierte en un hombre enmascarado y salva a su sociedad, a la sociedad que lo ha creado. Tim Burton no nos introdujo en demasía en la mente de Bruce Wayne, al contrario que Chris Nolan, y supo crear en el espectador la sensación de que ya sabía todo lo que tenía que saber acerca de Batman. Ese fue su objetivo y lo cumplió con creces. Tim Burton respetó la estética que tenía el cómic original incluyendo la nieve, la climatología adversa, los vehículos de Batman y los villanos así como el vestuario simple y sin artificios. A medida que vayamos analizando las demás cintas de Batman veremos algo más acerca de una saga que es todo un objeto de estudio.

Películas para dos vidas; Batman (1989)

9/10


A tenor de la última saga que Christopher Nolan ha realizado acerca de uno de mis personajes preferidos de los cómics, Batman, he querido rescatar la que posiblemente sea una de mis películas de la infancia, aquella con la que tantas tardes he disfrutado, disfruto y disfrutaré durante toda mi vida. Es imposible no recordar a Michael Keaton enfundado en un traje que nadie ha vuelto a vestir de la misma forma. Ni siquiera Christian Bale, que con tanto éxito ha conseguido resucitar a un personaje que murió gracias a Val Kilmer y George Clooney.
En Batman, Tim Burton consiguió crear una atmósfera inigualable que recrea magníficamente el cómic de Bob Kane. Gotham City es una ciudad en la que la luz del sol jamás aparece y en la que todos los personajes solucionan sus disputas a los ojos de la luna. Desde que comienza, una de las escenas más conocidas es la que presenta la primera vez a nuestro héroe en la azotea de un edificio con unos efectos especiales dignos de una época, 1989, en la que se comenzaba a explotar gracias a Burton y Spielberg los efectos visuales de las películas. Con unas interpretaciones portentosas de Michael Keaton y Jack Nicholson, en uno de los más grandes villanos de mi infancia: Joker. Un gran actor caracterizado para un papel que podríamos considerar que le viene como anillo al dedo. Nicholson es un actor al que siempre alabaré por su histrionismo y su versatilidad a la hora de interpretar cualquier papel que se le ponga por delante.
Por otro lado, un protagonista digno de una de las películas de mi infancia. Un Michael Keaton al que no he vuelto a ver en ninguna película digna. Tras Bitelchús y las dos películas de Batman en las que participó sólo hemos tenido oportunidad de verle en Jack Frost, Medidas Desesperadas o Mis Dobles, Mi Mujer y Yo. Sólo se podrían salvar la excelente Jackie Brown de Quentin Tarantino y The Company, una serie que todavía no ha llegado a España en la que interpreta a un agente de la CIA durante los primeros años de vida de la agencia de inteligencia norteamericana. Comparte cartel con Chris O´Donnell, curiosamente otro actor descarriado gracias a su participación en las películas del hombre murciélago.
La historia es completamente diferente a todas las demás secuelas. Si en esta película del 89, por ejemplo, Harvey Dent era un hombre negro interpretado por Billy Dee Williams, en todas las demás, irá cambiando de rostro pasando de Tommy Lee Jones a Aaron Eckhart. La saga de Batman guarda a los mejores villanos de la historia del cine y a lo largo de una retrospectiva que haremos en este blog, repasaremos todas y cada una de las aventuras de Batman, las buenas y las malas.
De momento, quedémonos con la atmósfera tenebrosa y gótica que nos transmite Tim Burton. Quedémonos con los buenos recuerdos del personaje de Jack Nicholson, todo un ídolo en la época. Mantengamos el cariño y el respeto por Michael Keaton y su impasibilidad a la hora de enfrentarse a los malvados secuaces de Joker. Adoremos a una bellísima Kim Basinger en el papel de Vicky Bale, quizás la mejor de las novias que ha tenido Bruce Wayne en años. Recordemos la banda sonora de Danny Elfman y riamos con las canciones que nos legó Prince como Partyman o Trust. Disfrutemos de una obra imperecedera, comercial, de culto y sobre todo, cabeza de serie de una de las sagas más productivas de la Historia del Cine reciente.