Archivo de la categoría: Terrence Malick

[Crítica] En un lugar sin ley

Cortometrajista de tradición, tercer largometraje que realiza, David Lowery se carga un gran número de referentes a la espalda para crear una pieza delicada, prueba de su buen hacer como creador de espacios y atmósferas en En un lugar sin ley. Inspirada por los primeros trabajos de Malick, reminiscencias de Arthur Penn o de Clint Eastwood, Lowery cuida la técnica hasta límites que rozan el preciosismo aunque abandona en algunos puntos un guión al que es inevitable permanecer ajeno en buena parte del metraje. 

Un Casey Affleck que recuerda al Robert Redford, con quien Lowery rodará su siguiente película, huido de prisión cuyo único objetivo último era regresar a por su amada y devolver el equilibrio a una sociedad a la que había castigado. Le acompaña la mejor Rooney Mara que cabía esperar, o lo que es lo mismo, la que siempre destaca sea cual sea su trabajo encomendado. Dos intérpretes aferrados a un destino que les rinde cuentas por las faltas que han cometido y cuyo mayor juez no es otro que el personaje de Keith Carradine. 
Con una fotografía que transita en la oscuridad de los espacios, cubiertos de una poderosa luz natural que envuelve la acción narrada y la luminosidad de unos exteriores que simbolizan la ansiada libertad de cuanto personaje anida en cada fotograma de la cinta. Este western se revitaliza gracias a su atrevida mezcla de cine negro y sus ricas influencias cinematográficas que se reparten justamente y con mesura en una breve pero concisa demostración de estilo. 
El futuro que le aguarda a David Lowery, ubicándolo en una corriente regeneradora en una cinematografía como la estadounidense, es esperanzador. El cine norteamericano necesita de cineastas, de autores que vuelvan a dotar de identidad a un país lastrado por el culto al dólar y que necesita echar la vista atrás y darse cuenta del valor de su filmografía. David Lowery, con ejercicios como En un lugar sin ley, muestra el buen camino a seguir con una estética clásica pero anidando la narración en los códigos más actuales. 
Según leemos, a David Lowery ya le espera Robert Redford para adaptar un artículo que salió publicado en 2003 en The New Yorker. The Old Man And The Gun será una película que rescate un hecho real, el de Forrest Tucker, un atracador de bancos que pasó media vida en prisión y que jamás conseguirá, o eso creemos, redimir sus faltas. De momento, nos queda disfrutar de la riqueza de un cineasta de obligatorio seguimiento tanto en sus trabajos pasados como en un futuro muy prometedor. 

[Crítica] To The Wonder

2/10
A Terrence Malick se le ha ido de las manos. La supuesta pretenciosidad que demostró en El árbol de la vida (lea la crítica en este enlace) le ha llevado a mal acostumbrarse a sí mismo y a crear una obra tan compleja como indiferente que resulta desagradable de ver e incluso de reflexionar. 
Se oían voces que afirmaban que To The Wonder era la evolución espiritual de su película anterior. Sin embargo, lejos queda el querer abarcar toda la historia del universo y del ser humano de la manera tan sublime que fue El árbol de la vida. Acompañado de un reparto de excepción sacrificado vilmente en la sala de montaje, Terrence Malick se ha creído a sí mismo como el sabedor de una nueva técnica cinematográfica que consiste en trabajar sin guión y abarcando tanto que al final no demuestra nada.
Malick estaba mucho mejor posicionado cuando rodaba una película cada década. Cuando esperábamos con ganas su siguiente proyecto y estudiábamos sus modos de rodaje como si fueran algo novedoso. Sin embargo, su ambicioso, su ansia y su pretenciosidad ambulante le han llevado a ganarse más detractores aún de los que obtuvo con su anterior, y por otro lado, excelente trabajo. 
Rachel Weisz, Jessica Chastain y Michael Sheen han sido víctimas de la tijera de su director como en su día lo fueron George Clooney y Sean Penn en sus respectivos proyectos con Malick. La diferencia es que el realizador ya no se anda con chiquitas. Clooney y Penn aparecían escasos minutos en sus cintas. Los tres primeros, ya ni eso. Si nos remitimos al trabajo interpretativo, Olga Kurylenko se lleva el papel protagonista junto con un Ben Affleck en su estilo, un papel donde no tiene que interpretar sino colocarse delante de la cámara y esperar a que el director mueva o no la nerviosa steadycam. Pero, aunque por ahí aparece Rachel McAdams, lo mejor de To The Wonder es un Javier Bardem en un papel nunca visto en él. Interpretando a un sacerdote en plena crisis de fe, sobrecogido por un destino al que no sabe cómo llegar. Buscando las respuestas que un día encontró y de las que ha huido. 
La fotografía de Emmanuel Lubezki siempre es un placer para la vista y es aquí donde radica el mayor éxito de la película, uno de los escasos aspectos técnicos que se salvan de una quema más que merecida. El uso de la cámara, introduciéndose de lleno en los planos, es maravilloso y uno de los terrenos a los que Malick se mantiene fiel. La cámara nos introduce en la situación y en eso hay que ser agradecido con el director. 
Sin embargo, hay muchos defectos en la película. Es imposible no caer en el sueño, en el aburrimiento y en el sopor mientras miramos agradecidos la duración de la película. Afortunadamente, Malick no nos tiene dos horas y media mirando la pantalla practicando una inmerecida pérdida de tiempo.